Por analogía, se llama claque, en política, a quienes llevan la consigna de estimular con sus aplausos y aclamaciones en favor de un líder o una tesis. Su misión es la de encender la emoción en los actos políticos.
Despectivamente se llama también con este nombre al conjunto de los esbirros de un líder político, listos siempre a tributarle sus aplausos y zalamerías.
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